¿Armar a los agentes viales?

La lamentable muerte del agente vial Francisco Ismael Gallegos Aguilar, momentos después de haber sido brutalmente golpeado por un conductor en estado de ebriedad, trajo a la discusión sobre la pertinencia de armar a los elementos de tránsito. El suceso generó toda una discusión sobre el problema de la seguridad de nuestros agentes y de cómo disuadir a los conductores violentos bajo los efectos del alcohol.

Ahora bien, la pregunta es si armar a los efectivos, atendería el problema de fondo. La razón principal radica en que, aunque se intenten unas u otras medidas, sigue habiendo una alta incidencia de automovilistas en estado inconveniente. Esto sugiere que el enfoque debe ir más allá y considerar si la presencia de armas realmente disuadiría a los conductores ebrios o si solo aumentaría la tensión y el riesgo de violencia en las interacciones entre agentes y ciudadanos.

Para abordar el problema es fundamental considerar medidas preventivas y educativas. La implementación de campañas de concienciación sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol debe intensificarse. Además, estas campañas no deben ser solo responsabilidad del gobierno, sino que deben involucrar a los dueños de los antros, a los amigos y a los familiares. Todos debemos colaborar para crear una cultura de responsabilidad y prevención, evitando que las personas conduzcan en estado de ebriedad y reduciendo así los riesgos en las calles.

Otra medida que siempre se debe considerar es el fortalecimiento de las sanciones para aquellos que sean sorprendidos conduciendo en este estado. Sanciones más severas, como multas elevadas, una suspensión real del permiso para conducir y, en casos extremos, penas de cárcel, podrían actuar como un fuerte disuasivo. Para ello sería necesario aumentar la presencia de controles de alcoholemia en puntos estratégicos de la ciudad. Sin embargo, sabemos que tales medidas ya han sido aplicadas y que, hasta ahora, no terminan logrando el efecto necesario.

Definitivamente, amigo radioescucha, armar a los agentes viales podría ser una medida que brinde una sensación de seguridad, pero no aborda el problema de fondo. La alta incidencia de conductores ebrios en Torreón requiere un enfoque integral que combine la educación, la prevención y sanciones más estrictas. A través de un esfuerzo coordinado y multifacético será posible reducir este problema y mejorar la seguridad vial en la ciudad y en el resto de la Laguna.



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