Recientemente entraron en vigor las medidas dictadas por el Congreso de Coahuila que prohíben el uso de popotes y bolsas plásticas, así como contenedores de poliestireno. Los lineamientos crearán, de entrada, descontento en una población acostumbrada a consumir bebidas con popote y a utilizar bolsas y contenedores para trasladar los productos recién comprados, una medida que resultó peor que la enfermedad y ha traído consigo serios problemas de salud pública.
Los popotes y las bolsas que se utilizan de manera efímera para luego desecharse, tardan siglos en biodegradarse y se quedan ahí contaminando el medio ambiente que le vamos a heredar a nuestros descendientes. Es irónico que en estos tiempos de fugacidad, sea la basura de los materiales plásticos desechables la que permanezca, aunque el bienestar y la salud de los humanos y del planeta, se ven muy afectados.
El Congreso de Coahuila implementó políticas públicas encaminadas a la eliminación del uso de bolsas y popotes, así como de contenedores de poliestireno con miras sustituirlos con productos elaborados con materiales que faciliten su reúso o reciclado y tengan ciclos de vida menores a diez años para su biodegradación. Con estas medidas se procura una acción al nivel local, pero con una visión global, que aporta nuestro estado a la protección del medio ambiente en toda la humanidad.
Experiencias que se han realizado en otras partes del mundo han mostrado que las sociedades tienden a acostumbrarse en tiempos cortos a las nuevas circunstancias. El uso de bolsas reusables pasa a ser una costumbre cotidiana que la gente carga siempre consigo. El uso de popotes pasa a ser concebido rápidamente como inútil y superfluo. Mucho más si todo este cambio ha venido acompañado de una campaña de conciencia ecológica para explicar las razones y el porqué de la justificación de tales medidas.
Definitivamente, amigo radioescucha, las molestias temporales que causa la eliminación de las bolsas y popotes plásticos y de contenedores de poliestireno están más que justificadas por los beneficios que traerán al medio ambiente. Afrontemos estos cambios con el mejor de los ánimos y con la disposición apropiada, porque nuestros hijos y el planeta lo merecen.