Raúl Cuéllar Chávez
El saneamiento en las áreas urbanas implica la recolección, conducción y tratamiento de las aguas residuales, con el fin de evitar riesgos a la salud de los habitantes, por lo que es necesario que se desalojen de inmediato de la ciudad a través de los colectores del drenaje sanitario hasta sitios lejanos y de ser posible que se aprovechen mediante su tratamiento y reutilización en aquellas actividades que no requieran una calidad potable, ya que representan un recurso valioso.
De toda el agua que se consume en las ciudades, sólo una parte se convierte en aguas residuales, puesto que una porción importante se pierde por evaporación a la atmósfera o por infiltración en el subsuelo. Es importante también tener en cuenta que dichas aguas son recolectadas en forma dispersa a través de las tuberías de los drenajes sanitarios para conducirlas por diferentes trayectorias de las poblaciones, lo que dificulta su aprovechamiento. Por lo tanto, la disponibilidad de este recurso es relativamente limitada, representando una fracción del orden del 50 al 70% del suministro de agua potable. Adicionalmente, aun cuando se traten, tienen restricciones para su reutilización según la calidad del agua requerida.
Actualmente en el valle de la Comarca Lagunera se utilizan cada año alrededor de 185 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua para abastecer a la población con un caudal de 5,866 litros por segundo (l/s) y se genera un volumen de aguas residuales del orden de 104 Mm3/año, equivalente a un caudal de 3,300 l/s, que corresponde al 56% del total de agua potable consumida.
Existen alrededor de 20 plantas de tratamiento en el valle de la Comarca Lagunera, con una capacidad instalada de 2,800 l/s, equivalente a 88 Mm3/año, que representa el 85% del total de las aguas residuales producidas. Es importante destacar la visión de aquellas empresas, instituciones y personas que han instalado plantas de tratamiento con fines de reutilización y/o control ambiental y que desde hace años aprovechan las aguas residuales en procesos industriales, riego agrícola y riego de áreas verdes.
La planta de mayor capacidad es la de lagunas de estabilización de la Ciudad de Torreón. La selección de este sistema de lagunas fue muy acertada, dado que en su momento compitió con otro tipo de tecnología, conocida como lodos activados, cuyos costos eran tres veces mayores en inversión y en operación. Debido a las condiciones financieras con las que se hizo la inversión, las lagunas de estabilización resultaron con un costo mayor para el SIMAS, sin embargo, de haberse seleccionado la tecnología de lodos activados, ahora sería una carga financiera insostenible.
Existe un potencial de reuso de las aguas residuales en la industria con un valor mayor de recuperación de los costos, por lo que es importante evaluar este mercado para atender esa posible demanda, sustituyendo el consumo de agua potable en las industrias que no requieren de esa calidad en algunos procesos. Por lo tanto, se necesita un mayor número de plantas de tratamiento en la región, tanto con fines de saneamiento como para reutilizar las aguas residuales.