El agua escasea y la región se resiente

 

La importante sequía que atraviesan la Comarca Lagunera y las cuencas alta y media del río Nazas ha obligado a tomar una decisión difícil: reducir drásticamente la superficie agrícola que recibirá agua. Así, con la apertura de las compuertas de la presa El Palmito, se dio inicio a un mini ciclo de riego que apenas cubrirá 18 mil 500 hectáreas, una cifra que contrasta con la extensión agrícola de la región y que revela el tamaño del desafío que enfrentamos.

En municipios como Gómez Palacio y Lerdo, la medida tendrá un fuerte impacto en la economía local. En Gómez Palacio se riegan normalmente más de 15 mil hectáreas, pero ahora solo se autorizarán 5 mil. En Lerdo, de 10 mil hectáreas que solían recibir agua, apenas 4 mil lo harán. Estas reducciones afectan directamente a productores que ya vienen trabajando con dificultades y que, en muchos casos, han tenido que invertir en sistemas de riego tecnificados sin contar con recursos públicos.

La situación no es distinta en los municipios de Coahuila que forman parte de la región Lagunera. Productores de San Pedro, Francisco I. Madero, Matamoros y Torreón también se verán afectados por la falta de agua para riego, lo cual golpea no solo al campo, sino a la cadena productiva entera: transporte, venta de forrajes, engorda de ganado y consumo final. Menor producción significa precios más altos para la ciudadanía y menos empleos para la región.

La causa de fondo está a la vista: la sobreexplotación del acuífero que lo hizo depender casi en absoluto de un sistema de presas, el del río Nazas —Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco— que se encuentra apenas al 37% de su capacidad. Y si bien ahora se prioriza el uso agrícola del agua, también está en juego el abasto para la población. Conviene recordar que el proyecto Agua Saludable para La Laguna depende de estas mismas presas, por lo que, si la sequía persiste, estará comprometida no solo la producción agrícola y ganadera, sino también el consumo humano.

Definitivamente, amigo radioescucha, lo que está en juego en este mini ciclo de riego no es un tema que afecte solo al sector agropecuario: es la viabilidad misma de la región la que se encuentra en entredicho. Como todo lo que significa vida, la Comarca depende inexorablemente del agua. Y es momento de asumirlo con seriedad, participar con responsabilidad y exigir que se tomen medidas estructurales ante el cambio climático que ya nos alcanzó.



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