Liliana Rincón
Reportaje
La adolescente anotó en su cuaderno cómo planeaba quitarse la vida. Cuando su mamá lo vio, buscó ayuda de una psicóloga pero le cobraba 7 mil 500 pesos -que no tenía- para la valoración. Recurrió al DIF de Lerdo y le agendaron citas cada dos o tres semanas, se atravesó el periodo vacacional. Aunque la joven fue medicada por una psiquiatra del sector privado, necesitaba terapia psicológica. Una noche consumió pastillas y tuvo que ser hospitalizada. Pese a ello, la psicóloga del DIF no adelantó la sesión que tenía prevista para una semana después del incidente, por lo que buscó un espacio en el Centro Integral de Salud Mental, pero no había citas disponibles y era necesaria la autorización de la madre, quien cuenta con la custodia de la menor y no había aprobado el tratamiento en ese lugar, de manera que el resto de la familia no podía intervenir.
La abuela ya había encontrado a una psiquiatra particular que cobra mil pesos por consulta, costo promedio de ese tipo de especialistas, además de pagar el medicamento aparte.
En Gómez Palacio sólo hay una psiquiatra del sector público y está asignada al Centro Integral de Salud Mental, cuando sale de vacaciones, como al momento de redactar este reportaje, no hay quien la cubra, de manera que recalendariza las consultas.
Sobre la falta de especialistas en el sector público, la directora del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), Soledad Ruíz Canaán, reconoció que hay una falla desde hace muchos años porque a ese rubro “siempre se le vio como el patito feo”:
Habremos unos 4 mil 600 psiquiatras en todo el país. Sí hay psiquiatras, el problema es que los sistemas de salud no contemplan contratar psiquiatras, deciden contratar otro tipo de especialistas (…) ¿y por qué hay una sola psiquiatra en Gómez Palacio? Precisamente porque falta esa contratación”.
En Durango sólo hay un hospital de salud mental ubicado en la capital, con una capacidad de 120 camas censables, y dos Centros Integrales de Salud Mental, uno en esa ciudad y otro en Gómez Palacio. La directora del ISMED indica que falta capacitación en las instituciones, porque en el cuadernillo de atención de primer nivel sólo se incluye la depresión, pese a que existen otros problemas:
Si no se registran los problemas de salud mental quiere decir que no existen, las adicciones, la violencia intrafamiliar, no existen”.
Reconoció que las personas que no tienen posibilidades económicas muchas veces no pueden acceder a atención médica mental adecuada.
El hecho de que no se contraten más psiquiatras es una falla del sistema de salud, y por otro lado no tienen que ser psiquiatras en los primeros niveles de atención, por eso nosotros capacitamos y hemos hecho diplomados para la primera atención en el sistema de salud en Durango”, precisó.
Del 1 de enero al 28 de julio de este año se registraron 103 suicidios; por cada uno de ellos se calculan de 20 a 30 intentos que no se dan a conocer, indicó la directora del ISMED.
La abuela de la niña, cuyo caso se expone y que representa uno de esos 20 o 30 intentos, señala que las instancias gubernamentales que ofrecen atención mental gratuita no siempre son tan buenas o eficientes como la consulta con un médico particular y asevera que “una persona que no tiene mucho recurso, aunque quiera no se puede tratar”:
En el DIF fue con una psicóloga pero no le gustó cómo trabajó. La veía cada 15 días o cada mes y en ocasiones le posponían las consultas. En otras partes hay psicólogos que son buenos, que sí atienden su trabajo, y otros que no”.
Por ese motivo recurrió a la línea de emergencia que el Centro de Integración Juvenil (CIJ) puso a disposición del público en general para atender trastornos ocasionados por el COVID-19. Así, una psicóloga del CIJ habla con la joven durante una hora una vez por semana. “La niña dice que sí le gusta porque sí le pone atención”, comenta la abuela, quien además la llevó al IMSS donde el médico general canalizó el caso con un psiquiatra y un nutriólogo, ya que la paciente presenta anorexia. “Nos han tratado muy bien”, mencionó.
Existen otras opciones, como las asociaciones civiles. En Gómez Palacio, está el Centro de Salud Mental de La Laguna, donde cada sábado se ofrece la consulta psiquiátrica a cambio de una cuota de recuperación; sin embargo la carga de trabajo es alta, pues únicamente ese día de la semana atienden 50 pacientes en promedio, explica Dolores Meza, coordinadora de la institución.
Se nos incrementó en 80 por ciento a lo que teníamos acumulado con pacientes con ansiedad, depresión, pánico y esquizofrenias a consecuencia de la pandemia, a parte gente que no tiene trabajo y tenemos jóvenes que desertaron de la escuela por la falta de trabajo de su papá”, informó.
Aunque no en todos los casos se tiene acceso a dichas opciones para atender a pacientes con problemas mentales. Una joven lagunera cuyo hermano presenta cuadros psicóticos, no encontró las instituciones adecuadas con motivo de la pandemia. La familia tuvo que recurrir a un sitio privado para internarlo y conseguir 8 mil pesos para que se permitiera su ingreso, porque lo sometieron a valoración y a la prueba para descartar COVID-19. Cada semana pagaron 3 mil 500 pesos durante cinco meses, más otros gastos personales:
Fue más de un mes de estarlo tratando de controlar. Tenía seguimientos con el psiquiatra pero no eran suficientes, tenía que ser internado y los medicamentos eran muy caros a los que no teníamos acceso y tuvimos que llegar a un convenio con una clínica privada. Lo único que conseguimos fue que nos lo aceptaran primero, es una instancia que cuenta con las medidas de seguridad y fue atendido ahí durante cinco meses pero por un costo bastante elevado donde teníamos que juntar por semana, el tratamiento de sacarlo del cuadro y estar en rehabilitación osciló entre 70 y 80 mil pesos”.
Señala que es muy difícil que en una institución de gobierno le dé el tratamiento adecuado a las personas que presentan un cuadro psicótico:
Mi hermano es una persona adulta, que cuando presenta este tipo de cuadros entra en paranoia, piensa que todo mundo le quiere hacer daño. Agrede, es peligroso y cuando hablas a una patrulla tratan de aprehenderlo como si fuera una persona violenta común, los agreden y los dañan y en lugar de darles esa contención que necesitan para calmarlos, lo que hacen es violentarlos más y la agresión se estimula”.
Y mencionó que las autoridades de seguridad no tienen capacitación para atender ese tipo de casos:
El año pasado mi hermano entró en crisis (…) Fue la patrulla, no lo pudo controlar y lo amarraron a un árbol y estuvo ahí hasta que nos comunicaron que estaba en esa situación, lo tenían sin tomar agua, esposado, encadenado a un árbol hasta que la familia se hiciera responsable porque ellos no sabían qué hacer”.
Hasta ahorita no he encontrado un lugar a nivel público en donde se pueda dar el seguimiento, sobre todo la calidad y la atención que requiere un enfermo mental porque cada una de las características es diferente, y el tratamiento es personalizado”, explicó.
La atención a la salud mental en sus etapas tempranas es importante para evitar complicaciones a futuro. Precisamente sobre ese punto, Soledad Ruiz Canaán, explicó que el 16 por ciento de los niños y adolescentes inician con patologías de salud mental:
Es una carencia, es un desconocimiento que nos brinca como changos en la calle pero no nos queremos dar cuenta y no hay un sistema nacional de salud establecido para dar contención o la atención adecuada a lo que es la salud mental. En nuestro país siempre empezamos al revés, se construye uno que otro hospital psiquiátrico para que no digan”.
Entre las opciones que existen para atender este tipo de pacientes: los derechohabientes del IMSS e ISSSTE tienen la opción de la consulta de psiquiatría a la cual llegan por una interconsulta o referencia dada por su médico de primer contacto o médico familiar.
Adicionalmente, en el ISSSTE a través de gerontología, se brinda atención psicológica a la población adulta mayor, y derivado de la pandemia, se puede hacer vía telefónica. En 2020, se otorgaron 3 mil 765 consultas de psiquiatría en el hospital Santiago Ramón y Cajal del ISSSTE en Durango capital, y 622 en la clínica hospital de Gómez Palacio.
Ruiz Canaán habla de su compromiso en el ISMED y señala que aún y cuando hay resistencia para atender este tipo de problemas, “mientras Dios nos dé vida vamos a seguir en pie de lucha para lograr un sistema de salud mental en beneficio de la población y evitar tanto sufrimiento en la sociedad”.
Por lo que recomendó a las personas que tienen un familiar con un cuadro psicótico llevarlo a las unidades de urgencias de los hospitales, ya que deben contar con los protocolos adecuados para, de ser necesario, aplicar medicamentos y posteriormente canalizar los casos a los Cisame.
Hay obligación de atender en cualquier hospital o una unidad de urgencias el problema de salud mental, no se le debe dejar ir así nada más, porque un paciente en un estado de psicosis tiene una pérdida de contacto con la realidad y es sujeto de hacerse daño a sí mismo, o a los demás”, añadió.
Calculó que durante la pandemia se han incrementado los padecimientos mentales:
Hay un aumento cuatro veces más de los problemas de depresión, cuatro veces más de los trastornos de ansiedad, y quizá ha habido un incremento en el problema de la violencia intrafamiliar, se han incrementado los casos nuevos de salud mental que estaban escondidos”, expresó.
Cabe mencionar que este año se han frustrado varios intentos de suicidios de gente que ha intentado saltar de puentes peatonales o arrojarse a canales de riego en Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.