El cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ordenado por Donald Trump, tiene repercusiones profundas en México y, en particular, en la Comarca Lagunera. Organizaciones civiles que dependían de sus recursos para proyectos de desarrollo, derechos humanos y asistencia social enfrentan, ahora, un futuro incierto. Entre ellas, la Casa del Migrante en Torreón, que ha brindado apoyo a miles de personas en tránsito, y que perderá un financiamiento clave el cual le permitía ofrecer alojamiento y alimentación a quienes huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
En 2023, USAID destinó aproximadamente 72 millones de dólares a México, con una parte importante canalizada hacia proyectos de democracia, derechos humanos y gobernanza. Este financiamiento ha sido fundamental para diversas organizaciones que, sin estos recursos, podrían ver comprometida su operación. Paradójicamente, el cierre de USAID ha sido celebrado tanto por Trump como por la presidenta Claudia Sheinbaum. Mientras el republicano busca reducir la asistencia internacional, la mandataria mexicana lo ve como un triunfo contra una agencia que, según su versión, ha financiado proyectos que buscan debilitar su gobierno.
No es la primera vez que las izquierdas latinoamericanas denuncian a USAID como un actor intervencionista. Gobiernos como los de Venezuela, Bolivia y Nicaragua han expulsado a la agencia acusándola de influir en la política interna. Ahora, Morena se suma a esa postura, aunque irónicamente es el Partido Republicano, enemigo histórico de la izquierda latinoamericana, quien está detrás de esta decisión. Más allá del discurso político, el resultado es el mismo: menos recursos para quienes trabajan en el terreno con las comunidades más vulnerables.
El problema es que el vacío que deja USAID no será fácil de llenar. La pregunta es si el gobierno mexicano, que ha respaldado su cierre, está dispuesto a asumir el financiamiento de estos proyectos o si simplemente dejará que desaparezcan. En la Comarca Lagunera, la Casa del Migrante y otras organizaciones ya venían enfrentando recortes que dificultaban su labor. Sin apoyo, muchas de estas iniciativas podrían cerrar sus puertas, afectando directamente a miles de personas que dependen de sus servicios.
Definitivamente, amigo radioescucha, esta es una de esas decisiones donde la política deja de ser un debate abstracto y se convierte en una realidad tangible para quienes están en situación de vulnerabilidad. Mientras Trump y Sheinbaum celebran, las organizaciones civiles en México y en la Laguna enfrentan una crisis que aún no tiene respuesta.