Redacción

Torreón, Coahuila (12/03/2022).- “Los deportes en general y, el futbol en particular, son una especie de alegoría de la guerra, una especie de representación bélica. Pero los hinchas muy fanatizados lo toman demasiado en serio, es ahí donde se tiene qué poner el acento para saber dónde están los límites de nuestra afición y las fronteras de nuestro apasionamiento”, fue el planteamiento del periodista, escritor y académico Jaime Muñoz Vargas, al analizar el porqué una competencia deportiva puede derivar en niveles de violencia como los lamentables hechos ocurridos en el estadio Corregidora, de Querétaro, el pasado 5 de marzo.

Por su parte, la Dra. Eiko Gavaldón Oseki, especialista en Investigación de Procesos Sociales, planteó que la violencia en un contexto de competencia deportiva también puede responder a tensiones sociales y políticas. En el caso de las barras, apuntó que, a diferencia del concepto de “porra”, cuya finalidad es la de alentar a un equipo, la “barra” tiene qué ver más “con un grupo identitario que va recogiendo no sólo el sentido de alentar, sino el del “aguante”, que se refiere a la capacidad de resistir embates físicos y emocionales”, exacerbando el sentido de rivalidad, misma que los medios de comunicación también contribuyen a fomentar.

Lo anterior fue parte del Tema de la Semana en Contextos, titulado “El futbol como fenómeno social”. Escucha aquí la mesa completa: