El Pacto Federal está obsoleto

 

El secretario de Inclusión y Desarrollo Social de Coahuila, Javier Díaz González, informó que, en el actual sexenio, la entidad sufrió un recorte presupuestal de mil 400 millones de pesos. Además, la Federación tiene un adeudo de más de 80 millones de pesos al estado como consecuencia del fracaso del INSABI, así mismo se cuenta la falta de puntualidad en la entrega del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios de gasolina y diésel. Según Díaz González, hubo meses en los que Coahuila no recibió nada.

Estos hechos parecen ser modos de presión por parte del gobierno federal. La alternativa que plantean es la centralización, presionando en diversas ocasiones para que se federalice el sistema de salud estatal y sea destinado para el IMSS Bienestar. De hecho, hace poco, al encabezar la firma del Acuerdo Nacional de la Federalización de los Servicios de Salud con las 23 entidades del país gobernadas por la 4T, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó que a más tardar en marzo de 2024 estaría funcionando todo el sistema IMSS-Bienestar y que estaba asignando los recursos para ello.

Este caso es elocuente porque con la entrega de sus facultades al gobierno federal, las entidades pierden autonomía y ceden patrimonio estatal a una administración que ha demostrado fehacientemente su incapacidad para gestionar, en particular en el ámbito de la Salud. El fracaso de la 4T con el INSABI, con la gestión de la pandemia por el COVID-19, en la compra y distribución de medicamentos y en las campañas nacionales de vacunación son ejemplos claros de su incapacidad.

Esta situación nos vuelve a plantear la necesidad de discutir y replantear el Pacto Federal. Este tipo de contrato social fue creado para promover un desarrollo equitativo en todo el país a través de la redistribución de los recursos y las oportunidades. Sin embargo, ha servido para lo opuesto, perpetuando los contrastes y los atrasos. Debido a la diversidad que caracteriza a nuestro país, las políticas públicas no deben contemplar soluciones únicas impuestas desde el Palacio Federal, sino que debe concebirse desde la particularidad de cada realidad.

Definitivamente amigo radioescucha, se trata de ver el mapa completo para así saber diferenciar y priorizar. Ello implica definir las estrategias no a capricho del gobernante de turno, sino por objetivos que surjan a partir de un diálogo abierto. La participación es crítica para que sean los ciudadanos los que exijan continuidad en las prioridades, así cambien los líderes. El Pacto Federal está obsoleto y es impostergable actualizarlo, máxime, si es empleado a conveniencia para castigar a las entidades que no votan a favor de las candidaturas que agradan a la Presidencia.



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