José Mujica, presidente de Uruguay advirtió en su reciente visita a México que “los pueblos que no le apuestan a la educación, están condenados al fracaso”. Y ya sabemos que en los resultados de la evaluación realizada por la OCDE, invariablemente nuestro país ocupa el último lugar entre los 34 miembros del organismo internacional, porque como lo señala Eduardo Andere Martínez en su libro La educación en México: un fracaso monumental, “la calidad de la educación es un problema integral, sistémico, es la resultante de todos sus componentes; finalmente todos somos responsables, aunque ciertamente unos más que otros. La investigación educativa, la crítica al sistema educativo, la definición de sus problemas, su análisis, claridad, precisión, ponderación y capacidad de explicación, constituyen también una parte muy relevante de los componentes que integran la calidad de la educación de un país”.
Por desgracia, en México la educación dejó de ser prioritaria a partir de la década de los 70. Desde entonces, el nivel de la enseñanza ha ido en declive, al poner en manos del sindicato magisterial el destino de la educación, que se pretende revertir con la reforma decretada por el gobierno actual, aunque sin éxito hasta el momento, por las inercias de cuatro décadas de rezago que no se puede superar en dos años, ni siquiera en un sexenio. Andere Martínez advierte que “el discurso público sobre el diagnóstico de la educación forma parte de su calidad, en tanto éste debe ser claro, apropiado y bien sustentado. Es conveniente alentar la crítica especializada, pero también juzgar la calidad de la crítica, más si se estima que los argumentos no están bien sustentados”. Por desgracia, estos elementos han estado ausentes de nuestro sistema educativo por más de cuarenta años.
Recientemente se dieron a conocer los resultados del Concurso de Oposición de Educación Básica, en el que, a nivel nacional, el 59.6% de los aspirantes a maestro no está calificado para dar clases, pero en Coahuila la cifra se eleva al 72% de maestros “no idóneos” para las aulas. Al respecto, el Doctor en Educación, Francisco López, reconoció que este es un problema que se arrastra desde 25 años atrás, cuando en 1990 llegaron al sistema educativo veterinarios, arquitectos y abogados, entre otros profesionistas, a ocupar plazas de pedagogos, es decir, a enseñar a los que enseñan, por lo que no tenían la preparación adecuada y formaron mal a los futuros profesores, en una inercia que aún permanece. Y si Coahuila, que pertenece al norte del país, donde hay un mayor desarrollo, está en esas condiciones reprobatorias del magisterio, ya podemos imaginar lo que sucede en el sur.
Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán son ejemplos de entidades que están en un subdesarrollo educativo mucho mayor, sobre todo bajo la férula de un sindicalismo retrógrado, principalmente, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y su férrea oposición a la reforma educativa con plantones, marchas y manifestaciones que representan un lastre para el avance del sistema de enseñanza, que es el elemento principal del progreso de un país.
Definitivamente amigo radioescucha, la educación es un asunto de la mayor relevancia; por ello, el analizar, valorar su problemática y reflexionar sobre cómo es posible mejorar es una tarea siempre valiosa y que ya no se debe postergar en nuestro país. La Revista Mexicana de la Investigación Educativa, en su reciente número recomienda “contar con críticas más ponderadas e investigaciones y reflexiones cuidadosas que permitan comprender los factores que determinan la gestión de la calidad, que se presenten propuestas sólidamente sustentadas; de manera tal que se puedan generar consensos que den lugar a políticas de Estado, que estén apartadas de los intereses particulares de partidos políticos, que se termin e con el vaivén de las políticas de gobierno o de la parálisis ante la incapacidad de llegar a acuerdos”. Por todo lo anterior, lo que no debemos permitir es que el fracaso del modelo de enseñanza, sea la causa para impedir el progreso de México, por lo que el reto prioritario a enfrentar debe ser el de sacar adelante la reforma educativa.