El Instituto Mexicano para la Competitividad realizó un estudio en torno a la inversión en la infraestructura de transmisión eléctrica en México, abarcando el periodo de 2013 a 2023. Considerando que un nuevo gobierno está por arrancar, el IMCO estimó en su investigación lo que podría necesitar nuestro país para mejorar sus redes eléctricas, dadas las oportunidades económicas en puertas y la necesidad de crecer de forma más acelerada. Para el IMCO el problema es claro: lo que la CFE dice que necesitamos invertir no coincide con lo que realmente se está destinando.
El IMCO señala que, durante el 2023, la demanda eléctrica creció 3.4% y se espera un incremento similar para 2024. Además, la transición hacia energías renovables, como la solar y la eólica, hace necesario tener redes robustas para no poner en riesgo todo el sistema. Sin embargo, hoy por hoy, nuestras redes no están a la altura. Somos testigos, además, de los muchos proyectos de inversión privada en energías limpias que hoy se encuentran suspendidos o que de plano ya fueron cancelados.
De acuerdo con lo expuesto por la CFE, existe la necesidad de invertir, al menos, 129 mil millones de pesos entre 2023 y 2028 en infraestructura dedicada a la transmisión de energía eléctrica. Solo para este 2024, se necesitaban 84 mil millones para 57 proyectos clave que, de acuerdo con el IMCO, no se están concretando. Y eso sin tomar en cuenta otros 150 proyectos nuevos que ya están en la mesa. Sin embargo, todo apunta a que el presupuesto asignado no será suficiente, por lo que los apagones se irán haciendo más habituales.
En este sentido, el IMCO destaca que, si se revisa lo que se ha invertido en los últimos diez años, es fácil percatarse de que ha habido una constante subinversión en las redes eléctricas. En 2023, por ejemplo, el presupuesto aprobado fue menos de la mitad de lo que realmente se necesitaba, y al final, lo que se gastó fue solo un 21% de lo planeado. Para 2024, la historia pinta igual, con apenas el 39% del presupuesto requerido.
Definitivamente amigo radioescucha, tenemos grandes oportunidades por delante, pero necesitamos energía suficiente para aprovecharlas. Desafortunadamente, las inversiones que se requieren no están llegando. Por un lado, el gobierno actual prefiere que el sector público sea el protagonista, desincentivando la inversión privada, incluso en proyectos de energía limpia. Y por otro, el presupuesto está enfocado en otras prioridades, dejando al sector eléctrico en una especie de limbo: ni conmigo ni sin mí.