A través de redes sociales y en los portales de medios de comunicación, incluyendo el de Noticieros GREM, se recibieron múltiples quejas de ciudadanos torreonenses a quienes les llamaron de un call center en horas de la madrugada para invitarlos a votar por Guillermo Anaya. El candidato panista a la gubernatura de Coahuila emitió un comunicado al respecto y se presentó la mañana de ayer en el programa Contextos para aclarar que esos mensajes no los había emitido su equipo, sino que provienen del PRI y forman parte de una campaña de desprestigio en su contra.
Anaya Llamas aseguró que, como el tricolor ya se ve perdido en el próximo proceso electoral, utiliza este tipo de artimañas, que no es nueva, puesto que había recurrido a ella en anteriores elecciones. Si fue así o no lo fue, nadie lo va a aclarar, porque también el dirigente del PRI en Torreón, Shamir Fernández, aseguró que fue el propio PAN quien lo hizo, con el fin de responsabilizar a su partido. Sea cual sea el origen, esta forma de guerra sucia resulta burda y hasta absurda: simular una acción con la intención de que el electorado crea que es el adversario quien la realiza.
Radioescuchas y cibernautas comentaron que reciben ese tipo de llamadas en su celular en horas de oficina. También llaman a los domicilios para solicitar a la persona que contesta el teléfono, que responda a una encuesta, a todas luces tendenciosa para favorecer a un candidato y perjudicar a otro. Algunos partidos se ven obligados a utilizar esquemas de difusión como éstos, ante la falta de una estrategia innovadora y la incapacidad de crear un discurso convincente para el electorado. Lo cierto es que es creciente la inconformidad ciudadana por las llamadas a deshoras realizadas a través de call center para promover a algún aspirante.
Esta situación lleva a las personas afectadas a preguntar: ¿Quién regula esos esquemas de propaganda política? ¿Por qué las autoridades electorales no actúan al respecto? ¿Quién proporcionó los números telefónicos, muchos de ellos registrados como privados? ¿Por qué se permite la venta ilegal de bases de datos? ¿Dónde queda el respeto a la Ley de Protección de Datos Personales? Son muchos los cuestionamientos que exigen la atención inmediata de quienes están obligados a responderlos.
Por otra parte, no deja de preocupar que algunos de los partidos estén ocupados en documentar posibles demandas para impugnar el resultado electoral, mucho antes de que los comicios se realicen, curándose en salud ante la posibilidad de no obtener el triunfo. De esta forma, pareciera que la democracia se convierte en mera política ficción y, para los partidos, la ciudadanía sólo representa un modo de supervivencia para mantenerse en el escenario de la vida pública y disfrutar de las mieles del presupuesto, sin darse cuenta que la sociedad cambia, pero ellos siguen haciendo política con el mismo anacrónico y anquilosado estilo.
Definitivamente amigo radioescucha, el apotegma En la guerra y en el amor todo se vale, lo toman demasiado a pecho candidatos y partidos políticos, dándose con todo; sin embargo, lo que no son capaces de comprender es que en la guerra sucia, la víctima principal es el electorado, que ya está harto de tantas artimañas, así como de los ataques personales, el exceso de spots insustanciales en radio y televisión, las mismas propuestas de siempre de todos los aspirantes, la falta de ingenio y creatividad para atraer el voto y la incapacidad de las autoridades electorales y gubernamentales para remediar todo ello.