‘Hay que buscar un ginecólogo-oncólogo’: Alejandra Soto, sobreviviente al cáncer de mama

Liliana Rincón

Torreón, Coahuila (19/10/2023).- Alejandra Soto se descubrió una bolita en el seno, su ginecólogo le comentó que parecía que no era maligna y le sugirió que esperaran para ver si crecía; así ocurrió, por ello Alejandra regresó a consulta.

Me dijo que como había crecido había que quitarla. Aunque me seguía haciendo estudios como ultrasonidos y salía como que no era maligno», comentó.

Recomendó a las mujeres que se hagan los estudios con un oncólogo que esté actualizado y que sea experto en su materia, es decir, que no solo tenga diplomados o cursos.

A mí me quitaron ese tumor y me di cuenta que era maligno hasta la cirugía, cuando te puedes dar cuenta si es maligno o no a través de una biopsia, no tienes que tener una operación si no hay una biopsia antes. El procedimiento es que te des cuenta con una biopsia, me hubiera ahorrado una cirugía, por eso es muy importante elegir de verdad a ginecólogos oncólogos que tengan su carrera en eso» externó.

Recurrió a otro cuerpo médico y la opción fue quitarle los dos senos. Alejandra aclara que no es suficiente con tocarse, porque esto representa encontrar el problema cuando ya es evidente, “es muy importante hacerte mastografías para detectarlo en una etapa inicial”.

Los doctores le hablaron de hacer la reconstrucción de sus senos inmediatamente después de la mastectomía. En ese momento iniciaron el proceso colocando expansores y terminaron luego de un año con los implantes definitivos.

La enfermedad le afectó en el sentido de que le gusta hacer ejercicio y tuvo que suspender esta actividad por un tiempo, «un día haces tus actividades y al día siguiente estás en un sillón con un diagnóstico y cuestionándote cuándo volverá a ser mi vida lo que era ayer».

Se sometió a seis quimioterapias, le indujeron la menopausia y tuvo que dejar ir la posibilidad de tener hijos. Narra que sentía calor, luego frío y eso afectaba su ciclo de sueño. No soportaba usar pelucas porque sentía picazón. Hubo un momento en que sí se deprimió, así que buscó apoyo psicológico.

Me vi con muchas afectaciones y fue el momento más deprimente para mí; todavía no tenía 40 años y cómo era posible que a mis treintas, me esté pasando algo así» expresó.

Ahora, casi termina sus cinco años de tratamiento posteriores al inicial:

Me siento muy contenta porque pude pasar ese momento y me veo ahora haciendo más cosas que las que hacía antes».

Alejandra agradece a su cuerpo cumplir las exigencias que le hace, «me siento bien, me veo bien y siento que mi actitud es de mucha fortaleza». Resaltó que pese a las limitaciones económicas, hay lugares donde se pueden hacer los estudios de manera gratuita.

Nosotras como mujeres no debemos depender de un ‘échale ganas’ ni de lo que te digan los demás, sino de uno mismo y decir ‘yo tengo que salir adelante’ y hacer lo que esté en mí y mis posibilidades, sea el resultado que tenga qué ser», resaltó.

 

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