Inteligencia Artificial ética y confiable

Mucho se dice y se teme del uso de la inteligencia artificial como mecanismo que facilitará la manipulación de los votantes y hasta de los sistemas electorales en beneficio de uno u otro candidato. Sin embargo, contenidos como aquel realizado por el senador Ricardo Monreal en el cual simulaba una conversación con Benjamín Franklin es un claro ejemplo de que la inteligencia artificial por sí sola no garantiza la calidad del mensaje. En este caso, un diálogo burdo y pésimamente escrito demuestra que una buena herramienta manipulada por operadores mediocres producirá bodrios.

El problema es que hay un cierto temor generalizado en relación al advenimiento de la Inteligencia Artificial y sus posibilidades de tomar control del mundo, tras décadas de películas estadounidenses como Terminator, The Matrix o Exmachina. No obstante, más allá de las fantasías de ciencia ficción no hay razones para suponer que esta tecnología permitirá por sí misma controlar o manipular los procesos electorales. De hecho, su mal uso más que manipular puede causar burla como acabamos de ver.

Por otro lado, la Inteligencia Artificial puede ser de gran utilidad para las campañas electorales ayudando a analizar grandes cantidades de datos, como encuestas de opinión, tendencias sociales y comportamiento de votos pasados. Utilizando algoritmos avanzados de aprendizaje automático, se puede proporcionar información valiosa para el desarrollo de programas de gobierno y para diseñar estrategias efectivas para enfocar los mensajes de campaña de manera más precisa. Esto puede conducir a una mayor relevancia de los temas abordados y un diálogo más significativo con los votantes.

Aunque claro, trae consigo también riesgos y debe manejarse con cierta prudencia. La Inteligencia Artificial puede potenciar aún más la propensión ya vista en las redes sociales de encerrar a los seres humanos en burbujas informativas que les impide escuchar a las otras partes. De esta manera se pueden perpetuar y amplificar prejuicios existentes que pueden llevar a una mayor polarización. De igual modo se debe ser precavidos con la privacidad y seguridad de los datos puesto que la herramienta puede mejorar el proceso de perfilamiento y manipulación de los electores.

Definitivamente amigo radioescucha, es crucial reglamentar el uso de las nuevas tecnologías en las campañas electorales para prevenir su mal uso. Es esencial informar a la ciudadanía cuando un contenido ha sido generado mediante Inteligencia Artificial, evitando así engaños. Además, se debe cuidar que no se recojan datos de los usuarios que faciliten su perfilamiento, protegiendo la confidencialidad del voto. En fin, es impostergable que se implementen las regulaciones adecuadas para garantizar que la tecnología sea usada de manera ética y contribuya a la generación de confianza.



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