Mayela Ávila
Lerdo, Durango (01/03/2021).- La subsecretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente en la Región Laguna de Durango recibió una denuncia por parte de la asociación civil Pro Defensa del Nazas sobre una presunta caza furtiva de aves al interior del Cañón de Fernández, concretamente a la altura del paraje conocido como Las Ventanas.
El encargado de la administración del área natural protegida Osvaldo Martínez Méndez, precisó que el reporte se recibió el domingo a las 10:30 de la mañana por medio de correo electrónico. De inmediato, personal de la dependencia estatal acudieron al sitio sin encontrar a alguna persona que realizara esta actividad, por lo que se inició una serie de entrevistas con quienes acamparon el sábado en la noche y confirmaron que se escucharon la detonación de armas de fuego y hasta el momento se cuenta con la descripción de dos vehículos que pudieron ser utilizados por los presuntos responsables.
Martínez Méndez informó que también iniciaron la búsqueda de más evidencias como casquillos percutidos o algún animal muerto.
El funcionario informó que, con base a los testimonios que se obtuvieron en el lugar, se emitirá una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, aunque aclaró que esta instancia federal pide muchos requisitos como son los nombres de las personas que son los presuntos responsables de estos ilícitos.
Agregó que, una vez que la Profepa realice el peritaje que se requiere, podría intervenir la Fiscalía General de la República por el uso de arma de fuego.
El encargo de la administración del Cañón de Fernández aseguró que, con la pandemia del COVID-19 el acceso a esta área protegida está restringida de manera oficial y la autoridad sólo permite acceso a quienes acuden a labores de investigación. Sin embargo, reconoció que, debido a que es un espacio muy extenso, resulta complicado ampliar las labores de vigilancia, lo que aprovechan algunos visitantes para utilizar otros accesos.
También confirmó que en acceso que se ubica por el ejido Graseros, los habitantes cobran una cuota a los visitantes para realizar labores de limpieza en el lugar, al referir que los paseantes dejan su basura en las márgenes del río.