Y ahí estamos de nuevo, otro domingo de Súper Tazón o Super Bowl como quieran llamarle. Día de aparente solas esparcimiento y convivencia con los amigos y compadres. Una vez más tratare de darles una serie de pequeños consejos para hacerles más disfrutable la tarde-noche. Para empezar, si te volvió a tocar tú casa como sede significa que no aprendiste nada de lo sucedido el año pasado, si todavía en marzo no terminabas por rehacer los daños causados por el desastre provocado por la horda de hunos que invitados o no causaron en tu cuarto de tele. Todavía en abril le repetías una y otra vez a tu cónyuge, “te lo juro vieja,no lo vuelvo hacer, no me verán otra vez la cara, el próximo Super Bowl que lo vean en la casa de su abuelita” pero al correr de los meses caíste presa del canto de las traicioneras sirenas, “es que en tu cantón se pone mas chido el ambiente, además la pantalla que te compraste en el buen fin y el teatro en casa son el marco ideal para semejante evento” el taimado de tu compadre con su melosa voz te vuelve a envolver, sí, el mismo compadre que todavía te debe la coperacha de los últimos seis Súper Tazones. Si después de estas amargas experiencias volviste a caer entonces te mereces los estropicios que la bola de gorrones inconscientes causaran a tu patrimonio y matrimonio.
Hablando de matrimonio, es increíble lo rápido que la paciencia de las señoras se agota en este tipo de acontecimientos deportivos televisivos, días antes fingen estar conscientes de las horas y horas que implica ver a sus parejas comer y beber de insultante manera, no se acaba la primera mitad cuando ya no pueden mas e inician las amenazas: “a ver si ya le vas parando a la tomadera,” “y ese güey que se cree tan simpático ¿quien es?, ¿quien lo invitó? Y uno todavía informa con cierta cordura: “Ay gorda el que te dije que iba a venir, acaba de entrar a jalar ¿a poco no es re vaciado?
Llega el espectáculo del medio tiempo y del fondo de la sala de tele una voz ya francamente desparpajada grita “ ¡súbele güey!” y tu pareja te congela con la mirada asesina que conoces a la perfección cuando intentas un leve movimiento hacia el control remoto. El mismo borracho del fondo vuelve a gritar “¡A ver si a la Katy se le sale una bubi como a Toñita ¡” ya ni siquiera te molestas en explicarle al beodo que eso no va a suceder y que no era Toñita si no Janet Jackson. Eso mi amigo, eso y mas va a suceder sin remedio, si no dejas claras las tres reglas de convivencia civilizada que deben de reinar en tu hogar.
Regla uno: la persona que con descomunal descaro finja demencia y se presente solo con su sed y hambre y no aporte ni siquiera una méndiga bolsa de hielos ¡pela gallo! Ya basta de entretener y alimentar a los depredadores del Súper Domingo.
Regla dos: nadie y me refiero a nadie puede trasponer el umbral de tu hogar si al menos no te dice el nombre de los Mariscales de Campo o Quarterbacks de los equipos participantes, si lo desconocen no son dignos de tu hospitalidad, punto. No importa sexo, condición social o credo, simplemente deberán de ser desterrados sin contemplación alguna.
Regla tres: los invitados deberán de dejar en la mesita de la entrada cualquier objeto puntiagudo o contundente que pueda ser utilizado en el fragor del momento, y aquí una regla de oro, no por el hecho de que nuestro equipo no pudo llegar al Super Bowl hagamos mofa de los que están involucrados, Halcones Marinos y sobre todo Patriotas (por que son mas) deben de tener nuestro respeto, las burlas degeneran en reyertas inútiles que lo único que provocan es la merma en la vajilla del anfitrión. Intenten ser felices ¡y que el juego comience!