Mañana, martes 5 de noviembre, se celebran las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. El expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris compiten por el máximo cargo en el país vecino, en una contienda que promete ser muy cerrada. Además, lo hacen bajo las complicadas reglas electorales estadounidenses, cuyo sistema permite que alguien, incluso sin contar con la mayoría de los votos, pueda resultar ganador. Esto aumenta aún más la incertidumbre sobre el resultado.
Como es bien sabido, Estados Unidos es nuestro principal socio comercial. El 82% de las exportaciones de México tienen como destino el mercado norteamericano. En marzo de 2024, el comercio total entre ambos países alcanzó los 745.6 mil millones de dólares, con un superávit de 234.7 mil millones a favor de México. Nuestra dependencia económica de Estados Unidos es, como puede verse, extremadamente alta. Además, están las remesas enviadas por nuestros paisanos radicados allá, que cada vez tienen un mayor impacto en la economía familiar. De ahí la importancia del proceso electoral estadounidense para nuestro país.
Sin embargo, hay al menos otros dos temas de gran relevancia para México en estas elecciones. El primero es el migratorio, que no solo afecta a los millones de mexicanos que viven de manera irregular en Estados Unidos, sino también a los migrantes de otras nacionalidades que usan nuestro territorio como puente en su intento de ingresar a ese país. Este tema está muy ligado al de la seguridad, ya que junto con el tráfico de personas suele darse también el de sustancias ilegales.
Al respecto, los discursos de los dos aspirantes a la presidencia tienen tonalidades muy diferentes. El republicano Donald Trump es conocido por sus duras expresiones contra los migrantes, los grupos criminales y el comercio exterior, especialmente el relacionado con capitales chinos, al que culpa de la pérdida de empleos en su país. Kamala Harris, como buena representante del Partido Demócrata, aborda estos temas con un tono más diplomático, evitando insultos y descalificaciones. No obstante, en los hechos, la política exterior de Estados Unidos seguirá siendo inflexible, exigiendo de México acciones que favorezcan sus intereses.
Definitivamente, amigo radioescucha, el resultado de la elección de mañana es más relevante para México en términos discursivos que en cuanto a acciones concretas. Si de cualquier manera nuestro vecino del norte presionará a México para defender sus intereses, quizá sea mejor que lo haga en un entorno donde, al menos, prevalezca el respeto y la cordialidad. Aunque la forma parece tener más peso que el fondo, la incertidumbre sobre la contienda impacta negativamente en nuestra economía. Por ello, es urgente que este proceso concluya para que, sobre la certeza del resultado, se comiencen a establecer los canales de comunicación en un nuevo capítulo de la siempre compleja relación con los Estados Unidos.