Alguien dijo que no hay dicha mayor que gastar el dinero ajeno. Y eso lo saben todos aquellos que no están acostumbrados a ganarlo ni conocen el esfuerzo que representa producirlo; por lo mismo, no son capaces de apegarse a un presupuesto, como sí lo hace un ama de casa o un empresario. Debido a ello, en el sector público se dan sobre ejercicios en rubros que no son prioritarios para las grandes mayorías, como gasto burocrático o publicidad, y se presentan subejercicios en los que sí deberían ser prioridad como salud, educación y desarrollo social.
El gobierno federal insistió en múltiples ocasiones que 2016 sería un año de austeridad, pero sólo en el discurso, porque el gasto público total fue superior en 12% al que se tenía programado, de acuerdo con el informe trimestral de la Secretaría de Hacienda, es decir que erogó 580 mil millones de pesos más que lo que tenía presupuestado. Este monto es más del triple del recorte por 164 mil millones que anunció el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para el mismo año, y tres veces más que el monto requerido de subsidio para evitar el gasolinazo.
Especialistas señalan que, en la práctica, el gobierno federal no ha podido aplicar una austeridad real, ya que sistemáticamente siempre gasta más respecto al presupuesto aprobado, lo que deja en tela de duda la afirmación de la SHCP de que hay un gasto adecuado y que las transferencias a Pemex y CFE justifican el exceso de egresos incurrido en el 2016. Ni el recorte al presupuesto ni las medidas de austeridad que presumió el gobierno fueron suficientes para frenar la indisciplina en el gasto público.
Pero este problema no es privativo del gobierno federal; también las administraciones estatales y municipales suelen recurrir a sobregiros en sus presupuestos, denotando gran irresponsabilidad en el gasto público. En el plano nacional, son proverbiales los casos de Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Sonora, a los que ya se les unió Puebla, luego de que se descubrió que Rafael Moreno Valle deja una deuda por 76 mil millones de pesos, el doble de la megadeuda de Coahuila, por lo que el columnista Ricardo Alemán dijo que Humberto Moreira era un angelito comparado con Moreno Valle.
En el plano local, a la fecha hay 37 funcionarios de Durango, entre ellos el exgobernador Jorge Herrera Caldera, que tramitaron amparos ante el temor de ser privados de su libertad, luego de las auditorías que está realizando el gobierno panista de José Rosas Aispuro Torres, en las que se han detectado múltiples irregularidades. Esta mañana, en ConTextos, el secretario estatal de Salud, César Franco, hablo sobre la exigencia a los auditores de la Contraloría de resultados por los malos manejos de la anterior administración y los adeudos por 600 millones de pesos a proveedores, entre otras anomalías, como los 50 millones que se le deben al constructor del Hospital General, que eran recursos federales y que el anterior gobierno del estado usó de manera indebida.
Definitivamente amigo radioescucha, todos estos ejemplos son una pequeña muestra de la falta de sensibilidad política y la incapacidad de los gobiernos federal, estatal y municipal para administrar los recursos que con gran esfuerzo generamos los ciudadanos a través de nuestros impuestos, por lo que será necesario insistir en la urgencia de una mayor participación de la ciudadanía a través de los organismos de la sociedad civil para poner un alto a la irresponsabilidad del gasto público.