De acuerdo con información presentada por la organización Justicia vs Cáncer, se han interpuesto 300 amparos contra el Instituto Mexicano del Seguro Social por la insuficiente atención médica que enfrentan los derechohabientes, en particular aquellos que padecen de cáncer. El recurso legal ha sido la alternativa ante la imposibilidad de acceder a los tratamientos que les corresponden por derecho. No obstante, a pesar de contar con fallos judiciales favorables, son muchos los pacientes que indican que siguen sin recibir atención de calidad.
Ahora bien, la crisis del IMSS se manifiesta en diversos ámbitos, incluyendo la escasez de medicamentos y citas médicas, el deterioro de la infraestructura y hasta trágicos accidentes. A pesar del aumento histórico del 97.2% en las reservas financieras de la institución, la capacidad hospitalaria ha disminuido de 1.5 a 0.7 camas por cada mil derechohabientes y el desabasto de medicamentos se incrementó del 0.5% en 2018 al 8% en 2022.
El IMSS, fundado en 1943, tiene como objetivo proporcionar servicios de salud y seguridad social a los trabajadores y sus familias. Su propósito original incluye ofrecer atención médica, protección contra riesgos laborales y garantizar a los trabajadores la posibilidad de una pensión tras la jubilación. El financiamiento del IMSS proviene de las cotizaciones de los trabajadores, sus empleadores y el gobierno federal.
Sin embargo, al intentar proporcionar atención de salud universal, se ha usado al IMSS para atender a pacientes que no contribuyen al seguro, lo que ha sobrecargado sus recursos y deteriorado la calidad de los servicios. La intención de ofrecer cobertura universal, aunque sea noble, ha resultado en una tergiversación de su función principal y en la disminución de la eficiencia y efectividad en la atención a sus derechohabientes originarios.
Definitivamente amigo radioescucha, la presidenta electa Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío prioritario de abordar el problema del sistema de salud, sin eufemismos ideológicos y con visión gerencial. El IMSS debe dejar de ser percibido como un dispositivo universal que sirve para atender cualquier necesidad gubernamental y enfocarse en su verdadera misión: la salud y el bienestar de la fuerza trabajadora mexicana.