Desde 2008 se dio la potestad al IFE, hoy INE, de pautar la propaganda de los partidos en radio y TV, bajo la justificación de una mayor equidad entre los candidatos. Por lo anterior, en esta etapa de precampaña se programan 60 spots diarios de partidos y 36 de autoridades electorales por cada canal y estación, y en campaña aumentará a 82 anuncios diarios por señal sólo para los partidos. La pregunta es: ¿para qué?, si nadie gana con la excesiva “spotización”. Cuando se estableció la norma, se dijo que ello significaría un importante ahorro, ya que no habría partidas presupuestales para publicidad en medios electrónicos. Pero la realidad ha sido otra.
Los partidos han incrementado sus presupuestos y el ahorro quedó en promesa, profundizando la simulación. El caso de las precampañas es el más patente, pues se supone que son para invitar a las militancias a decidir por alguno de los precandidatos, pero los spots nada dicen de ellos, además de que son otros quienes deciden las candidaturas. Como señala Jorge Alcocer en Reforma, “serán por dedazo, envuelto en caja con moño que se denomina convención de delegados, sesión plenaria de la dirección nacional o conciliábulo de los jefes”.
No es una mera opinión; basta ver los primeros días de precampaña: en el PAN el grupo que llevó a Gustavo Madero a la dirigencia nacional logró mantener su alianza e hizo suyas las 15 cabezas de lista de candidatos plurinominales que incluye a Miguel Ángel Yúnes y Ulises Ramírez, entre otros, que han sido señalados por su comportamiento poco probo, pero quedó fuera la exprimera dama Margarita Zavala, quien dijo que el rechazo de su candidatura obedeció a intereses de grupo y no del partido. En el PRD, a la solicitud de licencia en bloque de los delegados del DF se sumó la de otros 600 aspirantes que se disputan las 56 posibles candidaturas. La rebatinga está a todo lo que da.
En tanto, en el PRI, Ivonne Álvarez fue designada como candidata a gobernadora de Nuevo León, y de quien ya circula en redes sociales y en el portal de Reforma un video en el que aparece con strippers en una despedida de soltera que le organizaron cuando era conductora de TV. Su candidatura, que fue impulsada por el cuestionado gobernador Rodrigo Medina y el líder de la bancada en el Senado Emilio Gamboa, es importante botón de muestra de cómo se toman las decisiones en el tricolor.
Cabe mencionar que, en su función como legisladora Álvarez García no fue participativa en tribuna: de las 165 sesiones a las que acudió sólo participó en tribuna en 16 ocasiones desde que inició la Legislatura en 2012. Así, mientras los partidos cocinan las candidaturas al margen de sus militantes y peor aún, sin importarles lo que opina la ciudadanía, se derrochan spots que golpean la economía de los medios electrónicos.
En particular, de los medios independientes que sufren el mismo trato que los grandes corporativos, lo que ya de por sí traiciona el principio de equidad. El sentir de la ciudadanía es que, con absoluto cinismo, los partidos se han apropiado de los mejores horarios para transmitir spots con mensajes huecos, repetitivos, carentes de propuestas y proyectos inteligentes y útiles, perjudicando a los medios porque ahuyentan al auditorio, ocupando espacios que pudieran ser comercializados para solventar su operación y, lejos de motivar la participación cívica, con su hostigamiento mediático indignan y fastidian a los ciudadanos.
En Reforma un lector escribió: “la avalancha de 7 millones de spots es un desperdicio de recursos en un país con tantas carencias, ante la falta total de sensibilidad de la clase política disociada de la ciudadanía. Es tal la soberbia de la partidocracia que no se dan cuenta del hartazgo social; creen que inundándonos de anuncios sin contenido, vamos a cambiar la percepción de que, salvo excepciones, son corruptos, ineptos, demagogos que sólo buscan el voto para seguir medrando del presupuesto”.
Definitivamente amigo radioescucha, día con día crece el número de ciudadanos que confirman el interés de la clase política de alejar al auditorio de los aparatos de radio y televisión, con tantos y tan malos anuncios y da la impresión de que hay el interés de que la gente no salga a votar, mientras que las autoridades electorales vigilan celosamente a los medios de comunicación y conductores, castigando a quienes no observen las medidas que los legisladores de todos los partidos aprobaron, para seguir disfrutando del producto del trabajo de los mexicanos que no pertenecen al grupo que se apoderó del sistema electoral.