El regreso de Gustavo Madero a la dirigencia nacional del blanquiazul ha generado una oleada de comentarios, la mayoría de ellos adversos, sobre todo al interior del propio panismo, a grado tal que el senador Roberto Gil, anunció que un grupo de militantes evalúa impugnar el retorno de Madero a la presidencia del partido, pues “jurídicamente está imposibilitado para ello”. También el senador Javier Lozano deploró la voracidad y la ambición del líder albiazul, al igual que diversos analistas políticos y columnistas editoriales, como Fray Bartolomé, de Templo Mayor, que publica el diario Reforma.
La columna señala: “Y el chapulinazo del día lo protagonizó Gustavo Madero con su doble pirueta de ida y vuelta entre el partido y la candidatura, ¡y de reversa! A pesar de que él mismo había dicho que no dejaría la presidencia del PAN para postularse como diputado federal; ya que tiene la curul en el bolsillo, botó a Ricardo Anaya y retomó las riendas del partido. Ahora sólo falta ver a Madero concretar su acrobacia suprema: ser dirigente nacional del panismo, legislador albiazul y, por supuesto, coordinador de la bancada de Acción Nacional. Y todo sin siquiera ruborizarse”. Incluso, algunos articulistas ven la intención de Madero de preparar el terreno para ir por la Grande en 2018. Y mientras que el expresidente Felipe Calderón afirma que ve con tristeza que el PAN está muy mal, al grado de considerar crear una nueva opción política, Gustavo Madero asegura que a Acción Nacional «le está yendo a todo dar».
¡Qué lejos quedaron las convicciones que cedieron su lugar a las conveniencias y las ambiciones! Tal vez al interior del partido -o al menos entre quienes no han caído en el error de vivir fuera del presupuesto- ya nadie recuerde las palabras que pronunció Carlos Medina Plascencia en 1999, justo un año antes de que el PAN ganara por primera vez las elecciones presidenciales: “Hoy nos toca a los panistas demostrar que entre la eficacia política y la congruencia doctrinal no hay absolutamente ninguna diferencia, y que podemos honrar orgullosos la memoria de quienes fundaron hace 60 años el Partido Acción Nacional”. ¿Quiénes de los panistas actuales pueden hablar de congruencia?
Hoy, de lo que más se comenta en torno a la militancia blanquiazul en el gobierno, es de señalamientos de doble moral, de moches y de beneficios obtenidos por las mieles del erario y los jugosos negocios al amparo del poder. Porque, como dijo el expresidente nacional albiazul Manuel Espino en su libro Señal de alerta, escrito en 2008: “el PAN aprendió demasiado rápido las mañas del PRI. Ignoró su obligación de ser congruente con cuanto ha predicado durante siete décadas. Cayó en lo que Castillo Peraza llamó ‘sistema univerbocrático’, el de la corrupción, que consiste en arreglos subrepticios, silencios rituales y normatividad inútil”.
Radioescuchas criticaron las declaraciones de ayer en Contextos de Guillermo Anaya, que negó el descrédito de su partido, y de Luis Gurza, que fue definido como “blanquiazul tricolorizado enverdecido”. Lo acusan de que se prestó a la farsa de proponer una comisión para investigar lo relacionado con la megadeuda de más de 40 mil millones de pesos. Una persona del auditorio cuestionó “quién, ante su actuar, les puede creer; basta ver cuantos, como Gurza, se han salido del PAN”. Por su parte, el también expresidente albiazul Germán Martínez Cázares, escribió en Reforma: “¿Qué pasa en el PAN? ¿La exclusión de Margarita Zavala como candidata a diputada significa un rompimiento insalvable? ¿El regreso de Gustavo Madero a la presidencia nacional agrava el problema? ¿Las reuniones panistas se han tornado en luchas fratricidas? La dirigencia nacional no puede obviar las señales de alarma ante las salidas del partido de algunos liderazgos localmente relevantes. La realidad es que hoy, el único partido que ha defendido las libertades en México no ofrece ninguna nueva libertad a los ciudadanos. El PAN está lleno de candidaturas pero vacío de ofertas políticas”.
Definitivamente amigo radioescucha, conviene a la dirigencia y a la militancia de Acción Nacional recordar las palabras de su fundador, Manuel Gómez Morín, pronunciadas hace más de 65 años, en 1949 cuando el partido cumplió su primera década, pero que hoy son vigentes: “Que el simple apetito no se mezcle jamás con el propósito… y estén siempre abiertos los caminos para enmendar errores y destacar hombres nuevos y nuevas aptitudes”. A México le convienen partidos de oposición fuertes, por lo que el blanquiazul -al igual que el PRD- está a tiempo de “enmendar sus errores y destacar hombres nuevos”, antes de que en el PAN aumente el desprestigio y el rechazo de los ciudadanos.