Liliana Rincón
Torreón, Coahuila (29/03/2018).- En la misa del Santo Crisma, donde sacerdotes de la Diócesis de Torreón renovaron su compromiso; este jueves, el obispo Luis Martín Barraza, les recordó que fueron consagrados para ofrecer sacrificios espirituales, y que anuncien las maravillas de Dios, que los llamó de las tinieblas a su luz.
Dijo que la Iglesia es la obra del espíritu, más que de los hombres y sin él resultaría una pésima Oficina de Atención Ciudadana:
Que resuelve muy poco los problemas económicos y sociales, no tapa los baches de la calle, no tapa las fugas de agua, no resuelve mucho la economía», pero según consideró, tiene una misión indispensable para la paz social, por lo que resaltó, debe realizar fielmente la misión de Jesucristo.
Llamó a los sacerdotes a no aprisionar su fuerza en las estructuras caducas ni ser la jaula del espíritu y encogerlo con las mundanidades burocráticas, es decir, buscando las glorias humanas con apariencia de religiosidad o de celo pastoral.
Grupos que tratan de dominar el espacio de la Iglesia, de tener puesto, de hacerse de poder (…) en los grupúsculos que actúan en lo oscurito que dañan la comunión de la institución.
Dijo que es cierto que deben ser cercanos a sus comunidades, pero nunca chantajistas, posesivos ni controladores.
«No pongamos a la gente a los servicios de nuestras carencias o vacíos (…) No les demos afectos no santificados por el amor casto y puro del buen pastor», resaltó y subrayó que las palabras de los sacerdotes deben estar basadas en la oración y la meditación del evangelio, de lo contrario «la tarea evangelizadora de la Iglesia se volverá un campo de batalla entre diferentes caudillos».