Por Miguel Ángel Ordaz
Es verdaderamente abrumador el bombardeo de datos, comentarios, opiniones, noticias que son tan variadas como los intereses de su procedencia; mucho es el ruido que generan cuando el diálogo es lo importante; se mantiene la idea en quienes gobiernan de que estar, es estar presente y vigente en los medios de información y a través de ellos en el interés de la sociedad, alegando que su ánimo está exacerbado, cuando resolver sus problemas de todos los días es lo importante para ella; mientras tanto, para los medios de información lo importante es refocilarse sobre los asuntos que vendan, no atender al compromiso social que se establece en sus documentos fundacionales, y que es la cantaleta de conductores y comentaristas, ello en momentos donde la formación de opinión va más allá de estos intereses; si la información es sobre violencia –feminicidios, masacres en lugares públicos, asesinatos de periodistas o activistas a plena luz del día-, el gobierno declara (esto se vende como información) que se actuará hasta sus últimas consecuencias, y a la semana del hecho, este desaparece de los medios igual que el interés por resolverlo. Pasan los días y las prioridades empiezan a tomar su lugar en la fila, poco interesa la urgencia y la oportunidad por aprovechar; ya desde ahora lo importante para el gobierno es la próxima elección, total, que esta y la próxima generación esperen.
Un día sí y otro también, los dichos se reproducen de tal manera que pretenden alcanzar a los hechos; la velocidad de estos está terminando por agotar el catálogo de los primeros y otra vez se deja pasar la oportunidad de atender lo esencial; ver los hechos como un cúmulo de datos genera el tedio frente a aquellos; deja de ser importante el número de personas asesinadas, desaparecidas, violentadas y peligrosamente nos acostumbramos a lo de todos los días, hasta verlo casi normal, natural; a fuerza de repetirse el hecho toma carta de naturalización; se institucionaliza la violencia y los hechos del crimen organizado y el no organizado, que se fortalecen al amparo del Estado y del gobierno; en el olvido o deliberado permiso, quienes conducen al gobierno para que cumpla las obligaciones centrales de protección, uso de la fuerza pública como monopolio exclusivo, generación de mejores condiciones de vida de todos los mexicanos, veo con preocupación el paso de un Estado fallido en un tercio del territorio nacional, a un Estado cooptado por el crimen organizado, ¿o podríamos decir cómplice?.
Sabemos que el modelo político, el régimen, la relación entre el Estado y la sociedad en estos momentos parece ya no dar más de sí; el futuro no es hacia donde se orienta la atención cuando la mayoría legislativa toma el mandato como una carta blanca que les permite todo cuanto se les ocurra, y los mandantes se desentienden de exigir que la representación otorgada se maneje conforme a sus intereses, es fácil y hasta considerado natural que ajusten las leyes a los intereses del partido, de sus dirigentes, del ejecutivo en turno, olvidándose por completo de la representación que ostentan, y vemos con indiferencia el costo tan alto que nos ha significado no asumirnos como verdaderos ciudadanos; la corrupción ha sido la marca del gobierno en México; Es necesario, que la sociedad toda –organizaciones, academias, ciudadanos, expertos, empresarios, activistas, defensores del medio ambiente, quien tenga interés por el porvenir, por las futuras generaciones- dejemos las distracciones diarias y busquemos el rescate de la relación social, la relación con el vecindario, con los amigos para discutir y razonar sobre el futuro que queremos y como lo podemos conseguir; está más que visto que a quienes nos han gobernado eso no les interesa; es mucho lo que se tiene que corregir, adecuar o eliminar del andamiaje legal en que se soporta el régimen, el estado institucional, las relaciones sociales, las formas de comunicación del gobierno con la comunidad, el gobierno todo.
Vale la pena y es impostergable echar una vista atrás para saber que ha sucedido con los mandatos otorgados; es posible que no nos agrade lo que hemos visto pasar, y tampoco la incertidumbre que nos presenta el gobierno todo, en lo que está por venir.
En el Cajón
El espectáculo ha estado a la altura de la calidad de políticos profesionales y partidos políticos que nos cargamos; el intercambio de videos que la gobernadora de Campeche y el presidente nacional del PRI han hecho públicos, solo puede reflejar el deterioro y la podredumbre del sistema político, la corrupción que siempre ha campeado, el cinismo que se presenta cuando se sabe que el respeto a la ley es según el lado de que se esté y con lo que se cuente: Peña Nieto puede obtener visa dorada porque cuenta con el capital suficiente para ello, invertir dice el gobierno español; el abandono del barco cuando se va a hundir, lo inician las ratas; en este caso Cepeda, Mario abandona su eterna cuna en el PRI, cuando otea el acontecimiento.
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