Los logros en materia laboral

 

Es difícil cuestionar que los logros más importantes de la 4T se encuentran en su política laboral. Recientemente, se dio a conocer que los salarios contractuales en México alcanzaron el incremento real más elevado de la historia, un hecho digno de celebrarse, junto con la reducción de la pobreza laboral. Además, los avances en esta materia no se limitan a lo económico; también incluyen el aumento en los días de vacaciones, la actualización de la tabla de enfermedades profesionales, la regulación del outsourcing y del trabajo a distancia.

También están prosperando iniciativas como la llamada «Ley Silla», que busca impedir que las personas trabajen de pie durante toda su jornada laboral, y la reducción de la jornada semanal de 48 a 40 horas. De concretarse, estas medidas representarían beneficios importantes que antes solo estaban al alcance de quienes pertenecían a sindicatos de empresas paraestatales. Aunque es cierto que estas reformas impactan los costos de las empresas, hasta ahora ninguna ha desencadenado una crisis que provoque el cierre de negocios.

Todo parece pintar bien para la política laboral de la 4T, hasta que aparece el tema de la informalidad, como un balde de agua fría que nos despierta a la realidad. La tasa de personas ocupadas en la economía informal sigue en aumento, alcanzando al final del tercer trimestre del año un 54.6%. Esto significa que más de la mitad de los trabajadores en México no tiene acceso a los beneficios conquistados por Morena y sus aliados para la clase trabajadora.

Para ponerlo en perspectiva: mientras el salario promedio en la economía formal alcanza los 13,011 pesos mensuales, en la economía informal apenas llega a 6,925. Además, la tasa de informalidad laboral es un poco más alta en las mujeres, y la brecha salarial por género también es mayor en este sector. Esto implica que por cada 100 hombres en pobreza laboral, hay 113 mujeres. Es un dato lamentable, sobre todo si consideramos que la principal promotora de las mejoras laborales desde la 4T ha sido una mujer: Luisa María Alcalde.

Definitivamente, amigo radioescucha, en México el gran problema es la falta de una mirada integral a sus desafíos, lo que provoca que los gobiernos, sin excepción, remedien una cosa mientras descomponen otra. Y así ha sido con la 4T: mientras ha concentrado esfuerzos en mejorar las condiciones laborales de quienes tienen empleo formal, sus políticas han fomentado, quizá sin intención, el crecimiento de la economía informal, al inhibir la inversión y la creación de empleos formales. Por el bien de todos, ojalá la presidenta Sheinbaum y su equipo logren reaccionar y hacer los cambios necesarios para reducir la informalidad y garantizar que más personas puedan beneficiarse de los logros en materia laboral.



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