No estaba diseñada para resolver los problemas

 

Históricamente, las legislaturas salientes se habían ocupado en los últimos días de su gestión a las labores más administrativas de presentación de informes, cerrar algunas propuestas que ya hayan sido discutidas y cosas por el estilo. No ha sido el caso actual, en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador introdujo una serie de reformas a discusión, dentro de las cuales la que ha generado mayor polémica ha sido la reforma del Poder Judicial.

Debe tomarse en cuenta que en las últimas semanas esta reforma se ha discutido a nivel de comisiones y se presentará al pleno la semana que viene. Solo que, para entonces ya estará en funciones la nueva legislatura, lo que facilitará a la 4T lograr una aprobación exprés de las reformas constitucionales. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, aunque no ha promovido mucho estos proyectos legislativos, tampoco es que los ha atacado. Y no es para menos, puesto que es mucho el poder que obtendría.

La reforma del Poder Judicial ha generado incluso la intervención internacional. Cámaras internacionales como AmCham y CanCham han expresado su preocupación por la posible afectación a la independencia del Poder Judicial y la calidad de la justicia en México. La Asociación Internacional de Jueces también ha señalado que la elección popular de jueces podría socavar la selección basada en méritos y criterios objetivos. Además, los embajadores de Estados Unidos y Canadá han manifestado su inquietud por el impacto que estas reformas podrían tener en la estabilidad jurídica y la inversión extranjera en nuestro país.

En este contexto, iniciativas interesantes que ameritarían una buena discusión, como aquella de los “jueces sin rostro”, quedan opacadas. Esta figura busca proteger la identidad de los jueces en casos de alto riesgo como narcotráfico y terrorismo. Sin embargo, la polémica en torno a la reforma general no permite una discusión sana y calmada sobre esta propuesta. La falta de un debate profundo sobre tales iniciativas refleja la prisa de la megalomanía de un presidente saliente, nada más.

Definitivamente amigo radioescucha, a pesar de las consultas ampliamente conocidas, estas no tuvieron ningún efecto. La propuesta de Reforma del Poder Judicial se fue endureciendo y ni siquiera el paro del personal y jueces logró su objetivo. Finalmente, la iniciativa se aprobará tal como la concibió López Obrador, lo que deja muy satisfecho al nuevo gobierno, que ahora tendrá un poder superior al que tuvo AMLO. Lo curioso es que la reforma no aborda ninguno de los problemas del Poder Judicial, ya que realmente no estaba diseñada para eso.



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