‘No hay que esperar a octubre, todo el año te puedes checar’: Dulce Pereda, sobreviviente de cáncer de mama

Liliana Rincón

Torreón, Coahuila (19/10/2023).- Dulce Pereda detectó una bolita en su seno derecho mientras se bañaba. Seis meses antes pasó su revisión de rutina sin problemas, pero había presentado un periodo de inestabilidad hormonal. Se puso en contacto con su ginecólogo que le recomendó practicarse una mastografía y un ultrasonido; después, una biopsia.

Yo vi el tumor (…) a los tres días me dicen que era cáncer, un birads 4 (…) cuando te dan esos resultados te asustas muchísimo, no sabes qué hacer y lo único que tenía en la cabeza era mi hija y cómo le iba a decir a mi mamá», platicó.

Se sometió a otra operación para limpiar el área y retirar 11 ganglios. Fue el 6 de enero cuando se detectó la anormalidad y entre el 14 y 20 de ese mes, ya estaba en el quirófano.

Una de sus amigas le dijo que el cáncer es lo mejor que le pasó en la vida y ahora que lo reflexiona se da cuenta que le dio una oportunidad de pensar en ella misma:

Siempre estás pensando en los demás y no piensas en ti (…) yo siempre les digo a mis compañeras que han estado en eso, que es tiempo de cuidarse y a veces Dios te manda situaciones tan extremas para que lo hagas. Yo no tenía una buena alimentación, no tenía buenos hábitos, me estresaba demasiado, trabajaba 14 o 15 horas al día, no tenía tiempo para mí».

Se sometió a tres de cuatro quimioterapias, no soportó la última por el desgaste físico y le hicieron una serie de estudios para garantizar que las células no se hubieran extendido a otras partes del cuerpo. También le recetaron 25 radiaciones y algunas vacunas. Recuerda que las defensas de su cuerpo bajaron a cero. Siguió su tratamiento en el Seguro Social, servicio que consideró una bendición. Después de que terminó su tratamiento tuvo que seguir por otros cinco años aplicándose inhibidores de hormonas todas las noches.

Fue una experiencia muy difícil, pero creo que aprendí mucho más que lo que haya perdido en ese momento», dijo.

Luego empiezas a entender que las mujeres no somos solamente cabello y mamas tenemos otras cosas que podemos explotar. Yo veo una mujer que trae un paliacate y digo ‘ahí va una guerrera’. Es muy fuerte verte en un espejo y ver que ya no eras la persona de hace un mes o dos meses, te empiezas a ver con otros ojos», comentó.

Sin embargo aconsejó: «No te vas a dejar morir por la apariencia física, hay que empezar de adentro hacia afuera, empezar a cuidar tu alimentación, tus hábitos, tus emociones». Dulce empezó su tratamiento en 2011 y la dieron de alta en 2017.

Ella, cuando fue funcionaria en el municipio de Torreón organizó campañas de detección de cáncer de mama:

Me decían las señoras ¿Para qué quiere que nos hagamos esos estudios, qué tal si sale algo?, precisamente lo bueno es que si te sale lo atacas en ese momento, no cuando se haya pasado a otro lado, la mama te la quitan punto, pero cuando pasa a hígado, estómago y ganglios ya es muy complicado y los tratamientos son más difíciles».

Aunque a Dulce no le quitaron la mama, sabe cuál es el impacto de perderla:

«Aprendes que no pasa nada, que sientes que estás en un túnel negro pero vas a salir a una luz maravillosa y que ese túnel es momentáneo y tienes que aprender a vivir con lo que eres o lo que tienes».

Resaltó que hay grupos de apoyo emocional en Torreón a los que las mujeres pueden recurrir y destacó que no hay que esperar a octubre, todo el año se pueden checar, “el 19 es el día de la lucha contra el cáncer de mama, pero todo el año hay mastógrafos y exámenes de laboratorio”.

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