En días pasados fue inaugurado el Sistema Vial 4 Caminos, una obra que busca mejorar la movilidad en la ciudad de Torreón. La obra cuenta con un paso inferior de 860 metros de longitud en el Bulevar Independencia que permite mantener la circulación a nivel y por debajo, lo que ayuda a despresurizar el fuerte congestionamiento vehicular. Para su construcción se aplicaron 505 millones de pesos, más 13 millones de obras complementarias. El gobernador Miguel Riquelme recalcó que la obra fue construida enteramente con dinero de los coahuilenses y en menor tiempo del esperado.
Sin embargo, los embotellamientos no han disminuido significativamente. Si bien ya no ocurre el problema en el crucero en cuestión sigue ocurriendo en los semáforos aledaños. Y es que debería ser evidente que el problema se va a mantener porque se trata de una especie de cuero seco que cuando se pisa la arruga de un lado, se traslada para el otro. La Dirección de Vialidad ha intentado resolver el problema con agentes de tránsito y cerrando cruces, pero la verdad es que no logra mayor éxito.
La raíz del problema es la demanda inducida. Si la solución es pensada en vehículos automotores individuales y se sigue construyendo infraestructura que prioriza este tipo de transporte, no debe extrañar que la gente procure adquirir carros y año tras año aumente el parque vehicular. Según datos del INEGI, en Torreón hay más de 211 mil 582 vehículos, de los cuales más de 150 mil son automóviles. Además más hay 44 mil 914 camionetas y poco más de 11 mil motocicletas. En promedio se trata de un automóvil por cada tres habitantes.
La alternativa es apostar por un paradigma de ciudad distinta. Una ciudad multicéntrica que procure reducir el tránsito vehicular y busque promover el traslado en bicicleta, caminando y utilizando transporte público. Una ciudad que priorice la calidad de vida de sus habitantes y respete el medio ambiente. Una ciudad que no dependa tanto del petróleo ni genere tanta contaminación. Una ciudad, en fin, más humana y quizás hasta más feliz.
Definitivamente amigo radioescucha, este tipo de decisiones no son sencillas, en parte debido a la necesidad de contar con gestiones municipales comprometidas con un proyecto que perdurará más allá de un mandato específico y se extenderá a lo largo de varios lustros. No obstante, el cambio es inevitable y deberá atenderse de manera impostergable. Torreón tiene la oportunidad de ser pionera en este sentido y convertirse en ejemplo para México y el mundo.