En el estado de Durango, la alianza entre el PRI y el PAN para las elecciones municipales refleja una realidad política innegable: el crecimiento de Morena ha sido tan grande que, aunque el PRI-PAN gobierna la entidad, en la contienda electoral aparecen más como oposición que como oficialismo. Esta situación, que se ha repetido en varias partes del país, ha obligado a los partidos tradicionales a unir fuerzas para enfrentar al partido en el poder a nivel federal.
La decisión de aliarse en 34 de los 39 municipios no es menor. Es, en el fondo, un reconocimiento de que por separado no pueden competir con Morena. Sin embargo, esta alianza tiene sus matices, pues el gobernador de Durango, Esteban Villegas, ha mostrado en varias ocasiones cercanía con el gobierno de la 4T, lo que podría generar dudas sobre qué tan clara es la línea que separa a su administración de la influencia de Morena. A esto se suma el hecho de que en municipios como Lerdo, algunas candidaturas de Morena provienen de expriistas, lo que refuerza la percepción de que existe una relación más estrecha de lo que se admite públicamente entre el gobernador y la 4T.
Otro punto interesante es lo que ocurre en los cinco municipios que quedaron fuera de la alianza. En Coahuila, en las elecciones de 2024, se sospechó que hubo acuerdos de facto entre partidos para frenar a Morena, incluso sin una coalición oficial. En Durango, habrá que ver si ocurre algo similar, ya sea con pactos no declarados o con la movilización del llamado voto útil, donde los ciudadanos eligen apoyar a quien tiene más posibilidades de vencer a Morena y sus aliados. Será necesario ver qué ocurre en cada caso, sobre todo, a partir de lo que las encuestas serias comiencen a mostrar.
En este escenario, más allá de los acuerdos entre partidos, lo realmente importante es el papel de la ciudadanía. La democracia no se agota con el voto, sino que implica un seguimiento constante de las campañas, los candidatos y, sobre todo, de los compromisos que asumen quienes buscan gobernar. Es muy importante que la ciudadanía duranguense se active, comenzando por interesarse en los procesos que conducen a las alianzas y a la elección de las candidaturas: ¿qué está detrás? ¿Se trata sólo de pragmatismo en la búsqueda de obtener el poder o hay una verdadera intención de servir a la ciudadanía y al bien común?
Definitivamente, amigo radioescucha, es momento de observar de cerca el proceso electoral en Durango. No basta con acudir a las urnas, también es necesario cuestionar, exigir y participar activamente. Porque la democracia no se trata solo de elegir, sino de hacer que las elecciones realmente representen la voluntad de la sociedad. Por eso, de manera independiente a las decisiones de los partidos, la alianza importante, la que verdaderamente vale, es la que hacen entre sí los ciudadanos comprometidos.