Proximidad que fortalece la seguridad

Durante años, Torreón fue sinónimo de miedo. Pero hoy, gracias al trabajo coordinado entre los tres órdenes de gobierno, la ciudad goza de uno de los índices delictivos más bajos de su historia reciente. Para mantener ese logro, no basta con vigilar desde lejos o reaccionar ante los delitos consumados. Se necesita algo más profundo y más humano: reconstruir el tejido social desde sus raíces. En ese contexto, la estrategia de proximidad social impulsada por la Dirección de Seguridad Pública Municipal se presenta como un esfuerzo necesario y oportuno. Se trata de una nueva manera de entender la seguridad, no sólo como la ausencia de delitos, sino como la presencia activa de relaciones de confianza entre ciudadanos y autoridades.

Esta estrategia se ha expresado en acciones muy concretas que merecen ser reconocidas. Agentes municipales han participado en torneos deportivos, campañas de volanteo, visitas escolares y recorridos guiados al Centro de Control y Comando (C2), buscando siempre un contacto directo con la gente. Han organizado partidos de fútbol con colectivos ciudadanos, paramédicos y jóvenes, promoviendo la convivencia como antídoto contra la violencia. También han colocado calcomanías con códigos QR para que la ciudadanía pueda comunicarse de forma inmediata con la Policía, y han abierto canales por WhatsApp que permiten atender con mayor rapidez cualquier reporte.

Un punto especialmente valioso ha sido el acercamiento con la juventud. Gracias al trabajo conjunto con instituciones educativas y con el Instituto Coahuilense de la Juventud, la Policía de Torreón ha generado dinámicas de sensibilización, charlas informativas y encuentros con estudiantes de preparatoria y universidad. Esto es importante por dos razones: primero, porque permite prevenir conductas de riesgo en una etapa clave del desarrollo personal; y segundo, porque convierte a los propios jóvenes en voceros de una cultura de legalidad y corresponsabilidad. Una comunidad que involucra activamente a su juventud en la construcción de entornos seguros, es una comunidad con futuro.

Es muy positivo que la Policía Municipal promueva la proximidad social, pero es aún mejor que esa cercanía se traduzca en cohesión. En una región que históricamente ha enfrentado fracturas sociales, desigualdades y desconfianza hacia la autoridad, este tipo de estrategias pueden marcar la diferencia. Porque cuando un policía es conocido por nombre y rostro, cuando participa en un juego, da una charla, escucha o atiende sin prejuicios, deja de ser un símbolo de represión para convertirse en un referente de comunidad. Torreón necesita más que vigilancia: necesita puentes entre las personas, oportunidades para el diálogo, y espacios donde el respeto mutuo se fortalezca.

Definitivamente, amigo radioescucha, la seguridad no se construye sólo con patrullas ni con rondines. Se construye cada vez que una persona se siente acompañada, cuando una niña se anima a saludar a una mujer policía en la calle, o cuando un joven decide no delinquir porque ha conocido otra forma de pertenencia. La seguridad empieza por la confianza, y la confianza se cultiva con cercanía. Por eso, celebramos cada paso que acerca a la Policía con la comunidad. Porque en esa cercanía está la base de una ciudad más fuerte, más justa y más viva.



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