Ayer, 4 de diciembre, el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, presentó su tercer informe de resultados, con el que concluye su primer periodo al frente del municipio. Como es habitual en este tipo de actos, el mensaje estuvo más enfocado en destacar los logros de la administración que en rendir cuentas objetivas. Estos eventos suelen servir para el lucimiento personal y dejan poco espacio para construir una visión realista de la situación del municipio. Sin embargo, esto no implica que no haya resultados positivos que reconocer, así como desafíos pendientes por atender.
Entre los logros más destacables se encuentran la transformación urbana con las obras viales de Cuatro Caminos y el Giro Independencia, la efectividad en seguridad ciudadana gracias a la coordinación con cuerpos estatales y federales, y los esfuerzos por actualizar y homologar importantes reglamentos municipales. Estos avances son señales claras de una administración activa y con intención de mejora.
No obstante, persisten retos importantes. La contaminación en Torreón sigue siendo un problema grave que requiere atención prioritaria, y la movilidad urbana permanece centrada en los automóviles, dejando de lado soluciones integrales de transporte público y medios alternativos. Ambas áreas son clave para potenciar la competitividad del municipio y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Además, es importante reconocer que esta administración ha enfrentado dos obstáculos significativos: la reducción de partidas presupuestales por parte de la 4T, que ha afectado a los municipios en general, y la confrontación con el gobierno estatal. Aunque ambos pertenecen al mismo partido, las diferencias personales han generado tensiones innecesarias. Ambas partes deben priorizar el bienestar de la ciudadanía por encima de sus desencuentros.
Definitivamente, amigo radioescucha, con la llegada de una nueva administración para Román Alberto Cepeda, lo ideal sería enfocarse en resolver los grandes pendientes del municipio, impulsando su competitividad y la calidad de vida de quienes lo habitan. Es natural que el alcalde tenga aspiraciones políticas más allá de su actual cargo, pero, para lograrlas, sería mejor dejar que los resultados hablen por sí mismos. Los logros que realmente importan no necesitan propaganda para ser reconocidos. ¿No lo cree usted así?