La transición entre la primera y la segunda administración de Román Cepeda como alcalde de Torreón está siendo mucho menos fluida de lo esperado. En teoría, la reelección de un presidente municipal debería hacer casi imperceptible el cambio de periodo de gobierno, pero eso no es lo que está ocurriendo en la Perla de la Laguna. Diversas circunstancias están enrareciendo el ambiente y haciendo muy notorio el cambio de administración. Quizás la más destacada sea la confrontación del alcalde Cepeda con el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas.
A pesar de que las diferencias parecen haber sido superadas, una guerra de baja intensidad sigue ocurriendo, centrada en el control político del municipio. La llegada de Xavier Herrera como Subsecretario de Asuntos Políticos y Sociales de la Secretaría de Gobierno, y el nombramiento en agosto de Hugo Dávila como responsable de la estrategia Mejora Coahuila en Torreón, ambos con una relación distante con Román Cepeda, son interpretados como intentos del gobierno estatal por limitar la influencia del alcalde torreonense en la región.
Simultáneamente, desde la capital del estado se lanzan cuestionamientos que ponen en duda la integridad del alcalde. El diputado de Morena, Antonio Attolini, ha hecho fuertes acusaciones sobre lo que él considera pobres resultados de la Unidad de Derechos Humanos del Ayuntamiento, y ahora denuncia al edil por un presunto desvío de recursos de la Casa Cuna de Torreón. A esto se suman las publicaciones en diarios de Saltillo que intentan desprestigiar a Román Alberto Cepeda.
Por su parte, el alcalde ha anunciado que en su próxima administración fusionará algunas dependencias y creará una jefatura de gabinete, lo que algunos ven como una estrategia para ganar espacio y enfocarse en su principal objetivo: ser candidato a la gubernatura de Coahuila. Esta legítima pretensión parece estar generando malestar en Saltillo, donde se comenta que si Cepeda no logra ser el candidato de su partido, podría buscar, pese a las acusaciones de Attolini, postularse por Morena, un partido que ya defiende su hermano Carlos Román, quien también fue alcalde de Torreón.
Definitivamente, amigo radioescucha, la situación para el municipio de Torreón no es muy alentadora, especialmente con los recortes presupuestales que vienen del gobierno federal, la constante reducción de recursos desde el estado, y ahora las confrontaciones políticas en las que se encuentra el alcalde. La reelección de Cepeda no fue sencilla. El crecimiento de Morena es significativo y harán todo lo posible por conquistar la Alcaldía. Este escenario debería ser motivo suficiente para que se moderen los ánimos, se controlen las aspiraciones personales y se trabaje por el bienestar de Torreón. Que los resultados decidan lo que deba venir para Román Alberto Cepeda.