¿Torreón puede más?

 

Tras su reelección en junio pasado, Román Alberto Cepeda ha iniciado su segunda administración municipal enfrentando grandes desafíos. Por supuesto, la prosperidad de una ciudad como Torreón no depende exclusivamente de las acciones del alcalde y su equipo, pero su rol es central. No por nada, los índices que evalúan la competitividad y calidad de vida de países, estados y municipios consideran aspectos relacionados con sus gobiernos. Las decisiones que se toman, en este caso, desde el ayuntamiento y los mecanismos empleados para tomarlas afectan directamente a los demás actores que participan en la construcción de un estado de bienestar.

Para cualquier gestión municipal, es fundamental establecer prioridades claras. Por lo manifestado hasta ahora, Cepeda parece decidido a continuar enfocándose en la seguridad, con planes para duplicar la cantidad de cámaras de videovigilancia y fortalecer la colaboración con autoridades estatales y federales. Es difícil cuestionar que la seguridad sea una prioridad, ya que la experiencia reciente nos muestra que, cuando esta se compromete, todo lo demás está en riesgo. En este sentido, resulta alentador que la seguridad continúe ocupando un lugar destacado en la agenda durante los próximos tres años.

Otro tema que seguirá en el radar del alcalde es la ejecución de grandes obras viales. Si bien estas son necesarias, no solucionan de raíz los problemas de movilidad de los torreonenses y, de hecho, fomentan el crecimiento del parque vehicular, especialmente en una ciudad sin alternativas de transporte público efectivas. Las expectativas en torno al Bus Laguna son prácticamente inexistentes, y aunque llegara a funcionar, su impacto sería muy limitado frente al histórico problema de movilidad en la región.

En cuanto al medio ambiente, la administración ha mencionado la construcción de un nuevo parque lineal en el oriente de la ciudad y el cuidado de los espacios verdes existentes. No obstante, la situación ambiental en Torreón requiere mucho más que estas acciones. El año pasado, solo un tercio de los días presentó una calidad del aire buena, y sin un sistema eficiente de monitoreo, es razonable pensar que el panorama podría ser aún peor. Sería crucial invertir en tecnología que permita conocer en tiempo real el estado del aire para tomar medidas efectivas, como ya ocurre en otras ciudades.

Definitivamente, amigo radioescucha, para que Torreón pueda seguir prosperando en términos de competitividad y calidad de vida, son necesarias acciones gubernamentales que aborden los problemas más graves desde su raíz. Si bien el alcalde Román Alberto Cepeda tiene claro cuáles son las problemáticas, las soluciones planteadas hasta ahora parecen insuficientes porque atacan los síntomas, pero no la enfermedad. Por supuesto, sería peor no intentar resolver nada, pero no podemos seguir conformándonos con lo menos malo. Es momento de exigir lo bueno. Por eso, la invitación es clara: que la administración torreonense apunte alto y demuestre con hechos que Torreón siempre puede más.



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