Luis Fernando García Abusaíd
1.- Mito: ‘Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) son discrecionales, opacas y corruptas (AMLO)’.
Realidad: No es cierto. Habrá OSC corruptas porque la corrupción es un cáncer omnipresente en nuestra sociedad; pero muchas no lo son. Urge una evaluación y una auditoría públicas realizadas por organismos internacionales independientes para derrumbar la condenación a priori de AMLO.
2. Mito: Las OSC no son necesarias.
Realidad: De ninguna manera. Éstas realizan trabajos en salud, prevención y atención a la violencia contra mujeres, educación, áreas rurales e indígenas, migración, medio ambiente, derechos humanos, corrupción y rendición de cuentas, movilidad, etcétera, para cubrir tareas del Estado mexicano ‘que por incapacidad, corrupción o falta de recursos, no realiza’.
3. Mito: Las OSC no son útiles para la democracia.
Realidad: Por el contrario, con sus limitaciones, las OSC han sido cruciales para impulsar, de manera incipiente, una democracia de abajo hacia arriba, para gestar procesos de auto gestión social y empoderamiento comunitario.
4. Mito: Las OSC son impulsadas por ‘los grandes consorcios (empresariales) de corte conservador’. Porque para ellos, ‘la sociedad civil es una bandera’.
Realidad: No es verdad. Existen corporaciones empresariales comprometidas en su responsabilidad social que han impulsado, por ejemplo, proyectos como el Consejo Cívico de Instituciones, IMCO y Mexicanos Primero. Pero son pocas, comparadas con las 32 mil OSC registradas en México. Su filiación ideológica, como su número, es diversa. Y su expresión es plural en un régimen democrático como el nuestro.
5. Mito: ‘Entregaremos 6 mil 200 millones de pesos (que antes se entregaban a las OSC) a los ciudadanos de manera directa (AMLO)’.
Realidad: Hay una malévola triple intención en AMLO: establecer una relación clientelar -directa- con el votante; eliminar el concepto “ciudadano” para reducirlo a ‘pueblo’ y restringir así la participación de la sociedad civil organizada a las votaciones en consultas populares. Nada más.