Paulina Castro

Torreón, Coahuila (03/06/2020).- Luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró que la Ley del Servicio Médico para los Trabajadores de la Educación del Coahuila es contraria a la Constitución, Luis Fernando Salazar Woolfolk, titular del Contexto Político, señaló que la expedición de leyes injustas que tienen su raíz en la megadeuda contraída en tiempos de Humberto Moreira son garantía de impunidad.

Reprochó la falta de acción de los gobiernos sucesores de Rubén Moreira y Miguel Riquelme, quienes no aclaran “cuál fue el destino de los recursos obtenidos, ni han movido un dedo para llevar a la justicia a los responsables de haber endeudado al Estado de modo fraudulento”.

En ese sentido, el analista aseveró que el lamento de Riquelme de que su gobierno carece de recursos para garantizar el derecho a la salud de los profesores “es un desplante de cinismo”.

La falta de acciones pendientes a investigar los delitos cometidos en el origen de la deuda y en el desvío de los recursos obtenidos, así como la política de echar el costo del entuerto sobre las espaldas de los coahuilenses por tres generaciones, hacen de Riquelme, cómplice, copartícipe, encubridor y beneficiario de los crímenes del moreirato”, sostuvo Salazar Woolfolk.

Recordó que en 2011 la megadeuda tenía un adeudo inicial de 36 mil millones de pesos en 2011, y lo que hasta el momento se siguen adeudando son 37 mil cien millones de pesos.

Asimismo, afirmó que lo más grave es que la opacidad en el manejo de los recursos públicos continúa en el actual sexenio.

El PRI de los Moreira se atiene a la impunidad comprada, a la falta de memoria de la ciudadanía y a la posibilidad de que prescriban los delitos cometidos, es decir, que se extinga el derecho de persecución, por el simple transcurso del tiempo”.

En tal escenario, el analista subraya que la pretensión de Miguel Riquelme de encabezar un movimiento que exige al Gobierno Federal un mejor trato en el reparto de recursos fiscales, “descalifica una bandera razonable, que en manos de Riquelme está destinada al desprestigio”.