Mayela Avila
Gómez Palacio, Durango (16/10/2020).- En el marco del Día Mundial de la Alimentación que se conmemora este 16 de octubre, el profesor e investigador de la Facultad de Agricultura y Zootecnia de la Universidad Juárez del Estado de Durango, José Manuel Vázquez Navarro, manifestó la preocupación que existe a nivel global sobre el aseguramiento de la alimentación para las próximas generaciones, ya que en la actualidad se han manejado esquemas poco sustentables de producción, destacando el gran consumo de agua.
«Utilizamos mucha agua y comemos alimentos como la carne que requiere grandes cantidades de agua para su producción y no nos hemos preocupado por establecer mecanismos que nos permitan contar con una alimentación completa pero con menos impacto al ambiente», apuntó el investigador.
Agregó que a este factor se suma la incongruencia de que existan personas con carencia alimentaria, cuando el 30 por ciento de la comida en el mundo se desperdicia.
Otro tema que también atenta contra la sustentabilidad y el aseguramiento de alimentos para varios años, es la extinción del esquema tradicional de agricultura que ha generado una reducción de la variedad de plantas y especies que consumimos como parte de nuestra canasta básica.
«Pasamos de ser una región agropecuaria que conocía de todos los procesos de generación de alimentos de manufactura tradicional, a un esquema de comida rápida y creemos que las manzanas salen de los supermercados. Es interesante cómo ha cambiado la visión en la Comarca Lagunera», subrayó Vázquez Navarro.
El investigador de la UJED citó como ejemplo que, prueba de esta extinción de la agricultura tradicional es que en la región sólo se conoce una variedad de pepino, de sandía o de melón. También son poco aprovechados algunos productos que se dan en la tierra «casi solos» como la verdolaga o el nopal.
El catedrático con especialidad en entomología también destacó la necesidad de replantear otras fuentes que puedan proveer de la proteína necesaria al consumidor, ello ante el escenario de que la carne de res podría ser más cara, por los altos consumos de agua para su elaboración, sin dejar de lado el hecho de las altas emisiones de CO2 al ambiente que se obtienen por su producción.
Agregó que la clave está en los insectos, aunque no en su presentación original, sino como ingrediente en productos como barras energéticas.
Finalmente, Vázquez Navarro dijo que no existe una visión ni nacional ni regional para revertir todos estos aspectos.